He intentado no pensar,
incluso a veces renunciar,
pero esos ojos y ese rostro angelical
me hacen tomar las armas
y prepararme para luchar.
Por esa bella doncella
que hace mi corazón palpitar
agitadamente sin cesar
y hasta ganas me dan de cantar.
Quisiera que escuchen mis palabras
pues en tinieblas encontré una luz,
más radiante que mil mañanas
ese bello resplandor eres tú,
y le ruego a aquella cruz
para que no me deje divagar,
intentarlo hasta el final
y lograr que ella me pueda amar.
Disculpa, no me quisiera enamorar,
hoy tan sólo el dolor quiero olvidar,
antes por una mala mujer me quise matar,
y con sufrimiento logre al fin superar.
¡Dios! es que esos ojos me hacen desvariar,
pues al mirarlos la felicidad me invade,
me hace sonreír vuelvo a ilusionarme,
no se borra de mi mente, y no la dejo de soñar.
Poema inspirado en una musa de bellos ojos, que sin saberlo, me dio fuerzas para sobre ponerme, y sobre todo darme cuenta de siempre vienen cosas mejores y que tengo un corazón renovado.
Categories: Poemas Poemas de amor
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