En un mundo gélido,
el mundo del dolor,
donde la realidad mata,
y a cada segundo muere una ilusión.

Tropecé con una estrella,
precipitadamente caída,
dañada y por las penas afligida,
reflejando en una lagrima, su vida.

Con un dolor muy intenso,
comprensible y aun depresivo,
ella sentía que moría,
no encontraba el valor a esta vida.

Le propuse escuchar sus problemas,
prometiéndole que todo cambiaría,
sin pensar que encontraría,
en ella un alma extraordinaria.

Aquella estrella había olvidado,
que tiene un brillo invaluable,
que sin ella las noches
serían tan oscuras y tristes
a falta de su luz destellante.

Estrella vuelve al firmamento,
trae luz y nunca olvides, quien eres tú,
la importancia que tienes en esta vida,
que eres única, y la vida sin ti es vacía,
que la amistad, así como tú titilar,
extingue todo sentimiento de soledad,
borra confusiones y da felicidad.

Deja de dudar estrellita,
que todo se puede superar,
disfruta cada día de tu vida,
el sufrimiento puede esperar.

Categories: Poemas Poemas de amor

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Faust